Monday, September 26, 2005

tun, tupah, tun tun, pah:


Cuando todos se van.. y el joven profesionista se encuentra con la oficina vacía, el trabajo aminora, y la tarde se muere, se enfrenta en el cristal de la ventana que da hacia entre dos edificios del gran pueblo. Alguna luz ya encendida, dos, tres, cuatro. Alcanza a ver del otro lado en la luz, el protector de pantalla de un ordenador dando giros programados sin sentido aparente. La vista ha cambiado de tono aunque sigue siendo la misma. Y el cerebro por alguna razón ha permanecido anesteciado hoy. No ha querido funcionarle a ful. Pero le ha despertado la sensación de que hay cosas riquísimas y muy interesantes en el calor de la oficina cuando no está cumpliendo su función.

El arquitecto ha dado tumbos una y otra vez, ha paseado por las calles en busca de un pretexto para quedarse en la ciudad y encuentra solamente arquitectura. gente, ruido. Y la música le ronda los nervios otra vez. Palidecen las ideas y los golpes de contrasuertes de que se valen los ciudadanos para hacer parecer todo gris. Sin embargo la ciudad tiene color y el arquitecto no lo puede ver.

Pasa mucho tiempo

Ha manejado la situación de manera favorable para él. Ha conseguido un trabajo en una pequeña oficina en el centro. Y se ha encaminado en soñar. Las canas lo persiguen de cerca pero en contra del aire se disuelve entre las máquinas posesionadoras de historias y cuentos. Se arma de valor y decidido a encontrar la suya se ve envuelto en proyectos y problemas que no le atañen pero que le incumben. Y realiza una lucha desmedida. La de saltear su suerte y sus fuerzas para dar todo lo posible a un suenio. El quiere tocar su violín. Quiere meditar lo que piensa e inventar sus propios cuentos en la guitarra. Pero el humo y el aire nevado con cara de malo lo hacen mas difícil. Sin embargo, el arquitecto se llena de optimismo y juega con la risa y los amigos a buscar esperanza.

Ha conseguido muchas cosas, entre ellas hacerse notar en los barecillos conocidos de la zona en la que vive. Y hasta algunos aledaños. Y otras como tomar café en la oficina y aturdir su mente para porder concentrarse en las tareas que le son encomendadas.

Mientras esa tarde cuando todos se han ido y la oficina ha quedado vacía. El arquitecto llena la cafetera de agua y el receptaculo de café. Los catalogos de materiales se impregnan del aroma del colombiano que ha traido de regalo la esposa del jefe. Minutos mas tarde se da cuenta que le será difícil dormir si bebe café a esa hora. Lo deja. Se va a ensayar con su banda de fonc. Y componen juntos una pieza acerca de la atmósfera que ha quedado en la oficina cuando el se ha marchado sin probar el café.

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